jueves, 27 de septiembre de 2007

tema 2.-. Los textos literarios

TEMA 2.-

LOS TEXTOS LITERARIOS


En primer lugar, debemos preguntarnos a qué llamamos textos literarios. Para responder esta pregunta, podríamos decir que lo que le da un carácter específicamente literario a un texto es el uso particular que hace del lenguaje el autor, ya que crea una ficción, muestra un mundo posible, lo cual es aceptado por quién lo lee: los lectores convienen en que los hechos que reciben pueden no ser congruentes con la realidad. Estos tipos de textos desde la óptica lingüística tienen una función estética, en el sentido que hacen un uso particular del lenguaje, al incrementar sus posibilidades expresivas.

CONCEPTOS DE ARTE Y LITERATURA

Pero antes de referirnos a los géneros literarios debemos precisar los conceptos de arte y literatura. Las definiciones pueden ser muy diversas, pues existe una multiplicidad de acepciones, dependiendo de los criterios desde los cuales se los aborde. Pero para nuestros fines, vamos a definir estos conceptos de la forma más clara posible.

ARTE: Acto de creatividad humana realizada mediante el empleo de materiales sensibles – colores, sonidos, palabras, objetos – y concretada en una estructura formal.

LITERATURA: Rama del arte que para expresarse emplea un medio cultural como la palabra.

Literatura es el arte de la palabra. .

El lenguaje literario es, básicamente, la lengua escrita estándar en la que se introducen palabras poco usuales (cultismos, voces inusitadas, extranjerismos, arcaísmos, etc.) y que se somete normalmente a una voluntad de forma. Por una parte, tiene muchos rasgos que lo acercan a la lengua escrita culta; pero por otra, es frecuente que aparezcan en él giros coloquiales y hasta vulgares, para producir ciertos efectos expresivos.


En la literatura suele emplearse el idioma para llamar la atención sobre sí mismo, sobre cómo están dichas las cosas. El escritor debe producir extrañeza y ha de usar, con ese fin, los artificios adecuados. Aunque no por literarios estos recursos han de ser muy raros o chocantes. Tengamos en cuenta que en la lengua ordinaria utilizamos con frecuencia el asíndeton, la adjetivación ornamental, las series binarias de palabras, metáforas, metonimias, etc.


Cuando el lenguaje se utiliza para producir belleza, para llamar la atención sobre sí mismo, actúa en él la función poética. Lo importante no es tanto lo que se dice sino cómo se dice. El escritor pretende suscitar en el receptor una serie de sensaciones de belleza, creatividad e influencia a través de la forma de su mensaje. Son válidos todos los recursos expresivos. Esta función aparece también en el lenguaje coloquial; cualquier persona, al construir su mensaje, selecciona de manera consciente o inconsciente las palabras, las inflexiones de la voz o los tipos de oraciones para conseguir una transmisión más eficaz de aquello que se pretende comunicar.


El texto literario como acto de comunicación


El texto literario funciona como un acto de comunicación que posee las siguientes características:
Es resultado de una creación que el autor destina a que perdure y se conserve exactamente con la misma forma original.


La comunicación que la obra literaria establece con el lector y oyente es unilateral, porque el mensaje no puede recibir respuesta inmediata del receptor.


La obra no se dirige a un destinatario concreto, sino a receptores desconocidos, muchos o pocos, actuales o futuros (receptor universal).


El lector u oyente no establece relación directa con el autor, sino sólo con el mensaje, con su obra (comunicación diferida). Y ello, cuando él lo desea. De esa manera, la iniciativa del contacto comunicativo corresponde al receptor.


La comunicación literaria es desinteresada, no tiene una finalidad práctica inmediata. Por el contrario, posee una naturaleza estética, es decir, pretende producir las reacciones que en el ánimo suscita lo bello. Sin dejar de ser cierto lo anterior, no lo es menos que muchos autores escriben literatura para favorecer una determinada causa, para promover un cambio en la sociedad, para denunciar una situación.

Rasgos diferenciales del lenguaje literario


El límite que separa al lenguaje literario de otros tipos de lenguaje es muy difuso. Muchos escritos de carácter periodístico o científico pueden ser considerados como verdaderas piezas literarias.


La extensión de un texto literario no es un rasgo distintivo, puesto que es muy variable, desde un par de versos hasta cientos y millares de páginas.


Así pues, el texto literario posee unas características internas sumamente peculiares pero, a la vez, difíciles de aislar. Comparte un buen número de ellas con otras clases de textos: la plegaria, el mensaje publicitario, el eslogan, el conjuro, el texto periodístico, etc.

A diferencia de lo que ocurre en la comunicación ordinaria (la conversación entre dos interlocutores), el texto literario posee un final previsto por el autor. La extensión del texto dependerá del género elegido, pero siempre fluctuará dentro de unos límites aproximados. El cierre es, pues, otra de sus características diferenciales.


Los géneros en verso muestran mayores artificios lingüísticos que los géneros en prosa; pero, en general, el empleo de expresiones poco usuales: arcaísmos, neologismos, voces inusitadas y cultas, y construcciones sintácticas atípicas caracterizan a todos los géneros literarios.

El texto literario se presta a múltiples interpretaciones o lecturas; en teoría, a tantas como lectores y oyentes. Y ello no perturba la comunicación; por el contrario, muchos lectores que muestran entusiasmo por una obra literaria no la entienden, o la comprenden de un modo deficiente y superficial. Pero la comunicación resulta satisfactoria. Esto no puede ocurrir en los mensajes ordinarios o en otros mensajes de finalidad práctica, pues daría lugar a errores que podrían ser muy graves; imaginemos lo que podría resultar de una polisemia en las señales de tráfico.


Uno de los recursos que de forma más general caracterizan al lenguaje literario es el uso de una adjetivación especial, el uso de epítetos. Los epítetos son adjetivos ornamentales, no estrictamente necesarios para la comprensión de un mensaje. El buen escritor busca evitar los epítetos triviales y, en general, prescindir de los que no produzcan efecto de novedad.


Figuras del lenguaje


Figuras fónicas: aliteración o repetición de uno o varios fonemas
Figuras sintácticas: hipérbaton y la anáfora.
Figuras de palabra: los tropos
Comparación, metáfora,
Figuras de pensamiento
Hipérbole, Personificación, Antítesis.


Los textos literarios suelen ser una combinación de las tres formas de elocución clásicas: narración, descripción, y diálogo. El retrato y el monólogo pueden ser interpretados como variantes de las anteriores.

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